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Importación de carne de cerdo en Argentina. Enero-Mayo 2022

Por Ing. Zoot. Juan Luis Uccelli – JLU Consultora

Introducción

Estamos en un momento de gran importación en nuestro país y comienzan a aparecer informaciones de mucha gente opinando al respecto, algunos repitiendo datos, otros dando aclaraciones no siempre acertadas y finalmente se genera más confusión de la que corresponde y lamentablemente el problema no se soluciona. Para empezar, es importante saber la cantidad importada en lo que va del año y las comparaciones con años anteriores.

En el Gráfico N° 1 observamos lo que sucedió durante los años 2019/2022 y en el Cuadro N° 1, lo sucedido los primeros 5 meses desde el año 2017/2022.

En ambos casos podemos apreciar que las cifras de los primeros 5 meses del año en curso son las más altas y hay que remontarse hasta el año 1999 paras obtener cifras mayores. Históricamente siempre el segundo semestre es de mayor volumen que el primero. No es simplemente una queja por las importaciones, es mostrar que la cantidad importada es exagerada.

Razones que provocaron estas importaciones

Hay una razón internacional que es la causa principal de problemas en los países exportadores de carne de cerdo, que incluye al nuestro y se llama China. Dicho país desde mediados del año pasado ha levantado la fuerte demanda que había creado en el mercado internacional por la aparición en su territorio de la PPA. Una fuerte liquidación de criaderos chicos y medianos primero y la quiebra de una trader de capitales Chinos y Brasileros, les permitieron hacerse de carne de cerdo a precio muy bajo y la posibilidad de frenar nuevas compras, lo que provocó una caída estrepitosa en los valores del cerdo en los países exportadores y que su participación era muy importante. No solucionaron el problema de la PPA, pero los chinos consumen menos carne de cerdo (por el momento). Brasil, cuarto exportador mundial y quien destinaba el 30% de su producción al mercado externo fue uno de los más afectados. Los resultados en el propio Brasil fueron de una caída abrupta del precio local, muy por debajo del costo de producción, mostrando una pérdida importante por cada cerdo terminado. Lo podemos observar en el siguiente Gráfico:

Esto generó una necesidad de Brasil de buscar nuevos mercados para colocar sus excedentes y los países de la región fueron los más rápidos de llegar, obviamente con precios muy bajos (no hay dumping).
Hay otra razón que promueve las importaciones y es de carácter local. El atraso con el tipo de cambio, que también comenzó el año pasado y el encarecimiento de los bienes en dólares. Esto no solo permitió la importación de cortes baratos provenientes de Brasil (con un dólar subsidiado por el propio Gobierno), sino complicó las exportaciones desde Argentina, hasta valores nulos en varios meses del presente año.

Se importa porque el mercado local no alcanza

Es una frase utilizada hace muchos años, especialmente por funcionarios públicos (de varios gobiernos) y que nunca se preocuparon por tratar de entender lo que sucede. Argentina tiene un crecimiento constante desde el año 2002 en mayor o menor porcentaje. Lo que sucede es que todos los años aumenta el consumo per cápita de carne fresca porcina, no de chacinados, por la ventana que fue dejando la baja del consumo de la carne vacuna. Con reglas claras esto no solo seguirá ocurriendo, sino sucederá lo que paso en el 2020 donde crecimos para abastecer el mercado local demandante e hicimos récord de exportaciones con saldo marcadamente favorable en la balanza comercial de kilos de carne de cerdo.

Lo que sucede desde los últimos 12 meses, atenta con volver a repetir lo del 2020. Hoy sobra carne porcina en el mercado, por el aumento en la producción local, la falta de exportaciones y la enorme cantidad importada. Y el hilo se corta por lo más fácil, el productor porcino local, al cual o se le demoran las entregas a faena (aumento significativo del peso de venta en los últimos meses), o se le baja el precio que recibe. Es importante marcar que cuando suceden estos cuellos de botella, mucha producción sale del sistema oficial y sigue su curso por el sistema no registrado, que ya no se hace más debajo de un árbol, sino en muchos establecimientos “oficiales” que hacen un turno “no oficial”. Hay un dato muy interesante en este punto y es que, si faltara carne de cerdo, el precio del capón estaría por las nubes y no sería hoy el animal más barato por kilo vivo, por debajo del pollo y del vacuno.

Se importa para darle valor agregado en la industria chacinadora

En la década del 90 toda la importación fue destinada a la industria chacinadora. A principios del siglo XXI a una importante cadena de supermercados, se le ocurrió traer carré deshuesado por tener un precio competitivo. Como todo lo importado viene congelado, lo ofrecían congelado y en un país que creció con el consumo de carne fresca vacuna, tuvo muy mal resultado. Recién a partir de 2015 otro importante supermercado empezó a descongelar la carne importada y ofrecerla como fresca. Ese fue el serio problema que tenemos hoy. Dicha modalidad permitió el ingreso de simples importadores que traen la carne importada congelada, se la venden a minorista y estos la venden como fresca. Esta situación pudo revertirse en la mayoría de las grandes cadenas de supermercados que, al estar controlados, venden la carne importada como congelada. Hay un supermercado de cercanía que lo provee un frigorífico importador que descongela los cortes, los corta en piezas más chicas, lo envasa al vacío y lo vende con un vencimiento de 30 días como “Industria Argentina”. Por supuesto mucha de esta mercadería genera problemas en los consumidores ya que tiene mal olor y obviamente, mal gusto. Este problema se relaciona con la carne porcina en general, no con el error del importador y del supermercado en particular.

Hoy más del 50% de lo importado tiene como destino la carne para venta al público y un gran porcentaje de la misma es bondiola, pero hay solomillo, carre, cortes de jamón para milanesas y en algunos casos carne con hueso. Es importante remarcar que para hacer un buen jamón crudo o un buen jamón cocido (mal llamado natural), se debe partir de materia prima fresca. Pero no es el fuerte de la industria chacinadora que apuesta más a los productos de menor calidad.

La importación permite contener el precio al consumidor

Es otra frase de algún funcionario que debe saber de muchas cosas, pero no sabe absolutamente nada del sector porcino en su totalidad. Cuando analizamos lo que sucedió en estos primeros cinco meses del año entre el precio del capón y el precio de los cortes de cerdo y vacuno al público, vemos el siguiente Cuadro N° 2

La comparación es con el asado vacuno, uno de los cortes que menos subió, pero muestra claramente que los precios al público de la carne de cerdo están relacionados con los precios de la carne vacuna y no con la producción de cerdos, que solo subió un tercio.

La pregunta que corresponde es ¿Quién se benefició y quién perdió? La respuesta es simple se beneficiaron algunos eslabones entre la producción y el consumidor, en especial los importadores y perdió el productor que no solo subió muy lejos del producto que produce para el mercado, sino que sus costos, por los problemas de la guerra de Rusia y Ucrania, se descontrolaron.

Un dato interesante es analizar que si por alguna razón particular (por ejemplo, sanitaria) se cortaran abruptamente las importaciones, no variarían los precios al consumidor de la carne porcina por su relación con la carne vacuna, pero sí de forma inmediata, el productor recibiría un mejor precio por el producto que vende.

Dólar, bien escaso en Argentina

A todo lo que planteamos y coloca a la situación mucho más ridícula, es la escasez de la divisa norteamericana en el mercado local. Se han puesto distintas trabas para complicar a los importadores en la adquisición de los dólares para importar, vale mencionar la situación de las ruedas de tractor (que no se fabrican en el país) y los sinnúmeros de reclamos de pymes que tratan de importar productos claves para su línea de producción que no están disponibles en el mercado.

¿Por qué es tan fácil traer carne de cerdo importada? Las solicitudes no demoran más de 48 hs y son casi exprés. Nadie analizó lo que sucede o simplemente, como le decía Diego Armando a un embajador de los EE.UU. se les escapó la tortuga…

Casi U$D 60 millones se fueron de las arcas del BCRA para traer carne de cerdo en cinco meses y que a simple vista no generó ningún beneficio para nadie (Corrección, si genera mucho beneficio para el importador y sería interesante que la AFIP vea las cuentas a ver si las declaraciones de ganancias son correctas).

Ractopamina

Por último, cabe mencionar el uso de la Ractopamina (un β-agonista promotor de crecimiento, no un anabólico como algunos faltos de conocimiento, lo califican) que en países como Brasil y EE.UU. está permitido su uso y en Argentina se encuentra en un limbo administrativo estúpido.

 Hay una Resolución de 2011 que permitió su utilización, pero que nunca se reglamentó y que en el 2017, después de muchas idas y vueltas y en forma conjunta con el sector vacuno de la Mesa de la Carnes, se decidió no utilizar, a cambio que se pidan las mismas condiciones a lo importado. Solo hay que dar de baja o derogar la Resolución del 2011. A partir de ese momento se puede solicitar la igualdad de condiciones al producto importado. En lo que va del año, el 70% de las muestras tomadas por el plan CREHA provenientes de Brasil, fueron positivas a la Ractopamina. Es importante señalar que el SENASA redujo a un tercio las muestras tomadas, situación que no se entiende demasiado. Con esto y es importante aclararlo, no le cerraríamos el mercado a Brasil que ya envía carne porcina sin Ractopamina a otros mercados, pero su costo de producción por el uso del metabolito, dejaría de tener la ventaja que hoy tiene. Es simplemente igualar las condiciones.

Conclusión

Las importaciones afectan de forma directa a los productores de cerdos en Argentina (también en otros países de la región) y respetando el libre comercio, éste debe contemplar igualdad de condiciones para que la competencia sea justa. Hoy eso no sucede.

Hay condiciones para seguir desarrollando el mercado de producción local, dándole valor agregado a los cereales, generando nuevas fuentes de trabajo y volver a generar un mercado local abastecido y recuperar las exportaciones.

Las importaciones de carne porcina congelada para su venta directa al público, atenta contra la defensa del consumidor, no aporta ninguna mejora en los precios finales y solo beneficia a un selecto grupo de importadores, que hacen un excelente negocio con el subsidio del Gobierno.

 La falta de dólares en el mercado nacional, debería manejarse de forma adecuada, no impidiendo el ingreso de productos que NO SE PRODUCEN en el país y mesurando los que SI SE PRODUCEN.

La libre competencia, parte de las mismas condiciones y la utilización de promotores de crecimiento que bajan los costos de producción de los países de los que importamos, deja de ser libre competencia.

Los productores de cerdos no necesitan PROTECCIÓN, solo solicitan reglas claras.