En el establecimiento Los Aromitos arrancó la vendimia de uvas entrerrianas. La provincia alberga 41 viñedos, cuatro bodegas, siete elaboradores artesanales y 11 viñateros de vinos caseros.
Con las uvas entrerrianas blancas Chardonnay, empezó a mediados de febrero la recolección de frutos en el establecimiento Los Aromitos, ubicado en las inmediaciones de Colonia Ensayo, Departamento Diamante.
La tarea expresa un nuevo modo de producir riqueza en suelos entrerrianos, incluso emparentados con otra industria en pleno desarrollo en la región, como el turismo.b “Estamos satisfechos con lo hecho en materia de desarrollo de las plantas, ya que prestamos mucha atención al cuidado”, contó Noelia Zapata de Los Aromitos.
La emprendedora aportó que los vinos entrerrianos ya trascienden y se impulsan de la mano de la asociación que nuclea a los productores.
Enumeró que Entre Ríos alberga, de modo registrado, 41 viñedos, cuatro bodegas, siete elaboradores artesanales y 11 viñateros de vinos caseros. Admitió que recién despunta el posicionamiento de la actividad, pero subrayó que desde el puntapié fundacional que dio el viñedo Vulliez Sermet en 2007, crecieron exponencialmente.
Los vinos entrerrianos son diferentes
En Los Aromitos, ya logran vinos con una graduación alcohólica de 15 grados, “lo que permite, -complementó-, demostrar que con el cuidado de la planta y el raleo se puede concentrar el arma y color”.
Zapata sumó que los vinos entrerrianos son diferentes, incluso entre ellos mismos según pasan los años: “Si bien la cepa es la misma, hay cambios en el ambiente que se traducen en el producto final. Un buen vino depende de la fruta, el hombre y el clima”.
Contó que la difusión de lo que hacen con las uvas entrerrianas los emparentó con el turismo provincial y esa sociedad parece definitiva. “Esto es muy bueno” razonó la mujer que proyecta su establecimiento a largo plazo. “Los viñedos atraen al turista y en eso trabajamos junto a las autoridades de la Provincia”, remató.
Las marcas comerciales con las que aspiran dejar huella son Ara y Tagüe, nombres guaraníes con los que se le rinde homenaje a los pueblos originarios.
Sin embargo, Zapata, reconoció que “hay mucho por aprender y es un compromiso seguir adelante, nuestra familia está comprometida en esto. Sabemos que el viñedo nos va a trascender”. (Fuente: Campo en Acción)
Fuente: El ABC Rural